viernes, 21 de marzo de 2008

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La noche de Samotracia, la Niké alada.

sábado, 8 de diciembre de 2007

Extendió el mapa sobre la mesa y miró sus ojos.
Aquí está el mundo. ¿Por dónde empezamos?





jueves, 6 de diciembre de 2007



"¿Y el ratoncito Pérez?"

El ratoncito Pérez me robó a mi todos los chupetes, y luego me iba quitando los dientes y me dejaba monedas y libros... "¿Pero existe?" Claro, es el animal que más dientes tiene. "¿Y qué hace con tantos dientes?" MmMm... pues se está construyendo un castillo precioso... "Claro, Y invita a las luciérganas" MmMmM... si, claro. Y a las hadas y a los demás bichos que brillan... "Pero..."
Rayuelas de colores...

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Porque a veces no está de más ser idealista.

Porque hay que empezar a cambiar de raíz muchas cosas y dejar que otras evolucionen a su ritmo.

Porque sí que merece la pena arriesgarse y ser ambiciosos, y a veces, hasta un poco egoístas.

Porque no me de la gana hoy reconocer que no se puede cambiar el mundo, que no se puede hacer algo. Porque con estas cosas siempre pasa lo mismo, y hay que empezar creyendo que se puede para que puedan ser.

Porque hoy todo es claro y distinto, una idea innata: se puede.

Claro que se puede...

domingo, 25 de noviembre de 2007

Parece un castillo de juguete encajado entre la montaña y el cielo.



...Ciudad de los torreones
y de las puestas de sol
cuando entre bellas canciones
engalanada te pones
de púrpura y arrebol.
Granada como sultana.
Federico García Lorca.

lunes, 19 de noviembre de 2007


¿Te acuerdas de cuando soplabas la purpurina de la cuenca de tus manos?

domingo, 18 de noviembre de 2007

No es muy grande. Tampoco está a la orilla del mar, ni es de arena. Pero es de colores y sabe a melocotón. Está en mitad del jardín. La fachada es preciosa, ¿sabes?, yo creo que te gustará, pero mMmMm... no tiene llave. Aunque tampoco hace falta. YA que tiene muchas VEntanas por donde colarse (y sin pestillo). Así que siempre hay alguien dentro, y suele armarse mucho jaleo. Jaleo de purpurina. No tiene dirección que poner en el destinatario de los sobres, y cuando vengas hazlo mejor andando, porque los taxis se pierden, y aún no hay tren.
Aparece sin avisar. Inventamos una chimenea y nos sentamos allí a contar historias. Cogemos el jaleo y lo esparcimos por el techo como si fuesen las estrellas y nos quedamos mirando el cielo.
Bueno, ya te pasas por aqui. Y traete a alguien, si quieres. No es muy grande, pero es suficiente.
Y rompe el reloj en la puerta. Por si acaso nos quedamos sin tiempo.